La marihuana en el
consumo de los jóvenes y sus implicaciones
Manuel Alejandro Alegría García
7 de Mayo de 2013
La marihuana es una droga ilícita, es una de mayor consumo a nivel
mundial; la población mayormente expuesta son los jóvenes. En 1948 la
Organización Mundial de la Salud, OMS, llegó a la conclusión de que el uso de
la marihuana (cannabis) era peligroso desde todo punto de vista, ya sea físico,
mental o social, el principio activo de estas plantas es el tetrahidrocannabinol,
THC, cuya concentración varía según las partes de la planta y también de unas
plantas a otras.
En el cerebro los
receptores canabinoides, se encuentran
en altas concentraciones en áreas que afectan e placer, la memoria, el
pensamiento, la concentración, así como la percepción sensorial y del tiempo,
el apetito, el dolor y la coordinación motora. Esta es la razón por la que la
marihuana puede tener efectos de gran alcance, incluyendo:
•
Deterioro de la memoria a corto plazo.
•
Dificultad en el aprendizaje y retención de información,
particularmente en tareas muy complejas.
•
Reacción temporal lenta y disminución en la coordinación
motora.
•
Disminuye el rendimiento deportivo, afecta las
habilidades para conducir y aumenta el riesgo de accidentes.
•
Alteración del juicio y la toma de decisiones.
•
Aumento de la frecuencia cardíaca 20-100%.
Puede aumentar el riesgo de ataque cardiaco, especialmente en individuos que
son vulnerables.
•
Alteración del estado de ánimo. Estados de
euforia, pasividad o, en dosis altas, ansiedad y paranoia.
•
Efectos del consumo a largo plazo:
o
Riesgo de
adicción.
o
Bajos
resultados educativos y rendimiento laboral; disminución de la satisfacción de
vida.
o
Problemas
respiratorios como tos crónica o bronquitis.
o
Riesgo de
psicosis en personas vulnerables.
Las concentraciones de THC en plasma o en otros fluidos biológicos
dependerán en gran medida de la procedencia de la planta, de la forma de preparar
la droga y de la vía administración. La
forma más frecuente de consumir el cannabis es fumado en cigarrillos (“porros”)
o pipas, mezclándolo con tabaco.
La marihuana también se pueden consumir a través de la vía oral, pero
esta es una vía de administración menos usada porque retrasa y disminuye los
efectos psicoactivos de la droga.
Tras inhalar el humo de un cigarrillo “porro”, las concentraciones
plasmáticas de THC alcanzan su máximo en poco minutos y desaparecen
rápidamente. Los efectos psicotrópicos del THC son tempranos. Las
concentraciones plasmáticas máximas se alcanzan en 20-30 minutos y pueden durar
de 2 a 3 horas. La dosis oral tiene menos efectos que la dosis inhalada y en
general debe ser 3 a 5 veces mayor para que aparezcan las mismas
manifestaciones.
La semivida de las concentraciones plasmáticas (sangre) de la marihuana,
tras la inhalación del humo del cigarrillo, es de 56 horas en individuos no
consumidores y 28 horas en consumidores crónicos. Sin embargo es posible
detectar metabolitos de THC en orina o heces después de transcurrido un mes
desde el consumo. Se ha calculado que al cabo de una semana se ha excretado un
50-70% de la sustancia absorbida.
Aunque al igual que en el caso del tabaco, existe la posibilidad de
sufrir una exposición pasiva al humo del cannabis, se considera muy difícil que
esta fuente de exposición produzca concentraciones plasmáticas o urinarias lo
suficientemente elevadas como las que se detectan en los fumadores activos de
cannabis.
Detección de THC en orina
La orina es el fluido biológico que se emplea con mayor frecuencia para
el diagnóstico de consumo de THC. Es
posible detectar diversos metabolitos derivados del THC. En el consumidor
esporádico, la detección de cannabinoides en muestras de orina se puede
detectar hasta 6 días después del consumo. En el consumidor crónico la
presencia de cannabinoides en orina se mantiene hasta 25 días después del
último consumo.
La marihuana se ha convertido en la droga más popular y la más consumida
en el mundo y en especial en México, la advertencia sobre su toxicología y sus
consecuencias a corto y largo plazo es importante para la población en especial
en la población joven.
Referencias:
•
Beverido Sustaeta Paulina,
“Marijuana abuse and its impact on mental health and skills required for
cognitive learning (2010). URL: http://www.uv.mx/rm/num_anteriores/revmedica_vol10_num2/articulos/ConsumoMariguana.pdf
•
Grotenhermen Franjo, “Los
cannabinoides y el sistema endocannabinoide” (2006). URL: http://www.cannabis-med.org/data/pdf/es_2006_01_2.pdf
•
Gil del Castillo Luisa, Noguera Velasco J.
Antonio “THC: droga o medicamento. Determinación analítica” URL :
http://www.pncq.org.br/biblioteca/actualidades2005_04.pdf
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